Viajemos en el tiempo II


En un día de teclas y letras, viajar al pasado puede ser lo mejor para el presente. Es curioso como los objetos pierden y ganan valor. Como por ejemplo las máquinas de escribir. Imprescindibles hace no tanto tiempo en cualquier oficina o empresa, o en las casas para hacer un documento. Con la llegada de los ordenadores se convirtió en un cacharro, de aquellos que viajaban a los trasteros a modo de castigo eterno. Por no decir al cubo de la basura más cercano. Hoy, es un objeto de semiculto como tantos otros. Con un valor renovado, el de un estilo de vida. Un tiempo en el que no importaba teclear lentamente, o si cometías un error, empezar de nuevo no suponía una tragedia griega. Un momento, en el que hubiese sido imposible que lo escrito aquí, alguien lo pudiese leer, pero donde la paz de espíritu era algo más fácil de encontrar. Pese a todo, la nostalgia siempre hace mejor las cosas de lo que realmente eran.
No sólo eso, si no que son un elemento de decoración muy válido. Cualquier espacio aderezado con una buena y vetusta máquina de escribir gana un plus de personalidad.




El pasado fin de semana nos compramos una Olivetti lettera en nuestro mercadillo favorito, esperemos darle buen uso. Feliz Sant Jordi a todos/as. Qué compréis buenos libros con mucho cariño.




3 comentarios

  1. En un día tan romántico, qué mejor que escribir una carta de amor en tu Olivetti???
    Que lo disfrutes!

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  2. Tienen tanto encanto las máquinas antiguas... es verdad que la nostalgia lo endulza todo pero tienes mucha razón. suscribo todo lo que has dicho. Besos

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  3. Cuánta razón tienes. Las cosas pasan continamente de objeto de uso a basura y finalmente a objeto de devoción de coleccionistas.
    Me sorprendo continuamente con algunos objetos. ¿Pero de verdad que ahora la gente coleciona tal o cual cosa? Si hace dos días no lo quería nadie!!
    Con otras cosas y es el caso de las máquinas de escribir, se ve venir.
    Un abrazo

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© galiana street
Maira Gall