Ensalada de alubias, berros, feta y mango

El calor se está instalando a tirones este año, pero aunque refresque por unos días, el cuerpo ya nos va pidiendo ensaladas. Tras unas semanas de ausencia, La cocina de Sr. Padre retoma la actividad con un plato que entra muy bien por los ojos, pero todavía más por la boca, que es lo que realmente importa. A veces tenemos la sensación de comer siempre la misma ensalada, o al menos, que hacemos pequeñas variaciones de un mismo concepto. Hoy os proponemos una combinación un tanto atípica, pero que encaja realmente bien. Vamos a jugar constantemente con la acidez y lo dulce, y con sabores fuertes, como el de los berros y el feta, y otros más suaves, como el mango y los guisantes, que equilibren el conjunto. Además, intentaremos que cada bocado sea una pequeña sorpresa.

Ingredientes:

75gr de berros

450gr de alubias blancas

100gr de guisantes frescos
1 mango

1 aguacate

200gr de queso feta

tomates cherrys variados

1 cebolleta

Zumo de 1 lima

10ml de salsa de soja

1 chorrito de vinagre de arroz

2 ramitas de albahaca fresca

1 puñado de chile rojo molido

1 cucharada de azúcar moreno

Comenzamos ya nuestra elaboración de hoy. Vaciamos las vainas de guisantes y los ponemos a cocer en agua salada. 

Mientras preparamos el resto de ingredientes, los guisantes estarán perfectamente hechos en unos 10 minutos. Ponemos a macerar las alubias con el zumo de una lima, la soja, el vinagre de arroz, la cuchara de azúcar (para corregir el exceso de acidez) y el chili rojo. 

Esta básicamente es la base de nuestro aliño, y lo hacemos así, para que el ingrediente principal se vaya empapando de todo este saborazo. Cogemos la parte verde de la cebolleta y la picamos en tiras muy finas y añadimos al bol de la mezcla. Hacemos lo propio con los cherrys rojos y amarillos, esta vez los dejamos en medias lunas.

A continuación, cortamos en dados bien chulos el mango, el queso feta y el aguacate. 

Retiramos los guisantes del fuego, los colamos, los dejamos enfriar un rato y directos al bol. Picamos muy fina la albahaca y añadimos sal y buen aceite a gusto del cocinero. 

Removemos todos los ingredientes con todo el cuidado del mundo. A mi me gusta “tocar” lo menos posible las ensaladas para que todos los ingredientes se mantengan intactos y bonitos. Los berros los dejamos para el final. Como todas las hojas, cuanto menos tiempo estén en contacto con la humedad del aliño mucho mejor. Además los berros son muy finos, y en seguida se afean. 

Lo dicho, verbena de sabores.